Corfecali

Yorbi, un joven venezolano que desde hace cinco años dejó su país para inmigrar a Colombia y radicarse en Cali, a donde llegó hace sólo un año, es uno de los cientos de vendedores informales beneficiados con la Feria de Cali en su versión de 2021, la primera que se hace de manera presencial luego de la pandemia de covid-19 que obligó a la virtualidad en su anterior versión.

“El año pasado me tocó muy duro por la pandemia, pero gracias a Dios hice para el arriendo, para la comida y para poder cruzar cada tanto a Venezuela y dejarle algo de dinero a mi familia”, dice Yorbi, un joven treintañero que apostado a un costado de la Autopista Sur de Cali atestiguó la reactivación econo?mica de esta fiesta cultural durante el Salsódromo, el evento que abrió de manera oficial esta nueva versión de la Feria de Cali.

Ataviado con neveras portátiles, Yorbi vende cerveza en lata a los asistentes, las cuales vende en 3.000 pesos la unidad y el par a 5.000.

“Hoy tengo 15 cajas de cerveza para vender, cada una con 12 unidades. La idea hoy es vender todo hasta que se acabe el evento”, dice.

Este joven venezolano, quien asegura que sólo regresara a su país una vez se solucione la crisis social y econo?mica, agradece la hospitalidad que ha tenido para con él la Sucursal del Cielo, donde ahora aspira hacerse en la jornada con unos 300.000 pesos de ganancia.

“De hecho tengo más cajas de cerveza disponibles, así que si se me acaban estas iré por otras más”, dice, al señalar que en ese caso sus ganancias se duplicarían, lo que le permitiría “enviar la mitad para Venezuela”, donde aún residen sus padres, primos y sobrinos.

“Debido a la pandemia cerraron todo, lo que repercutió en mis deudas. No tenía tampoco cómo ganar suficiente plata, pero ahora las cosas empiezan a ser diferentes y gracias a eventos como la Feria de Cali he podido rebuscármelas por otros modos, lo cual es muy beneficioso para otros inmigrantes como yo”, dice Yorbi, quien en Venezuela se dedicaba a la fabricación de pasteles.

Preguntado sobre qué hará una vez termine la Feria de Cali, Yorbi asegura que para entonces espera haberse hecho con un dinero que le permita pagar al menos cinco días de alquiler y descansar ese tiempo, tras lo cual regresará a la venta de pantalones y escobas, la actividad que realiza de manera corriente.

Según el Departamento de Economi?a de la Universidad Javeriana de Cali y Corfecali, la pasada Feria presencial de 2019 dejó 400.000 millones de pesos para la ciudad, cifra que se espera tener nuevamente este an?o, al igual que la generacio?n de empleo para 17.000 personas, entre artistas, comerciantes y vendedores.