“Para mí es un honor seguir estando en la Feria de Cali en su versión 64, porque me siento un caleño por adopción”.
De esta manera, el maestro Alfredito Linares comentó en rueda de prensa sobre sus expectativas en cuanto a su participación en la consolidación de la Calle de la Feria, con el concierto tropical del que señaló: “me da mucho gusto hacer parte de los artistas que ponen a bailar a todos en una ciudad que le fascina y vive con música”.
Este músico, compositor y arreglista, en muchos géneros musicales como la salsa, boogaloo, latin jazz , jazz afrocubano entre otros, resaltó que en sus diversas presentaciones fuera del país, el nombre que ha adquirido Cali a nivel mundial, como una urbe alegre y musical, es algo que enorgullece, y por ello “la Feria la podemos definir como algo monstruoso o arduo, porque siendo algo tan complejo, las gentes de esta tierra se le miden a llevarla a cabo cada fin de año”.
En este quinto día del certamen ferial, y al contar con el calor humano y el cariño demostrado desde siempre por parte del público caleño, “es algo que nos halaga, nos honra y nos llena el corazón y por eso vamos cantar temas como mambo rock, salsa a todo sabor, sensacionales, a Escondidas Llorarás y lo que tengo, entre otros”. Afirmó.
Corfecali conceptuó que se pone en escena la música tropical en esta edición 64 de la Feria, toda vez que al estar la capital vallecaucana rodeada de balnearios, las familias entre chapuzón y chapuzón, siempre han tenido de fondo canciones del género musical, lo que las hace parte de toda una historia que hoy se revive en la noche caleña.
En cada una de sus palabras Linares exaltó que el cariño del pueblo caleño es único, ello manifestado a través de los años, cuando su música se anidó hacia principio de los 70 en el corazón de los amantes de la música para bailar y disfrutar, a tal punto que: “la alegría que tiene la Feria de Cali no la tiene ninguna feria en el mundo, pues yo que he recorrido una gran parte del planeta, puedo decir que como esta ciudad no hay dos”.
Y agregó que, aunque viaja constantemente a sus presentaciones en otras latitudes, se radicó hace varios años en Santiago de Cali “porque me encantó la vida de ésta, la Sucursal del Cielo, y como las cosas las decide Dios y el marcó mi camino, no estoy en Nueva York o en Miami, sino en Cali donde hice las producciones para Europa y de donde parto hacia mis giras artísticas”.
Al preguntársele sobre qué tan caleño se siente, subrayó que mucho, pues, aunque haya nacido en Lima, Perú, le fascina la gastronomía de la Sultana del Valle en especial el sancocho de gallina, pasando por las ricas empanadas o las maravillosas marranitas.
Acerca del fútbol sostuvo entre risas: “soy futbolero, pero imparcial totalmente y que gane el que sepa jugar bien y el que haga un buen papel en la cancha”.
Antes de subir a tarima, el artista emitió un mensaje de paz y convivencia entre las personas, bajo el convencimiento de que todos somos hijos de Dios y parte del mismo país y dijo a todos aquellos jóvenes que quieran incursionar en el mundo de la música que lo hagan con dedicación y seriedad, cohibiéndose incluso de cosas y momentos personales para sacar adelante sus iniciativas.
Gustavo Sánchez