El olor a “caña, tabaco y brea” les recordó a los caleños que “hubo grito de Feria en Cali” y nuestros bailarines y bailadores se tomaron la autopista Suroriental ‘tirando paso’ con la “gracia, belleza y estilo que le saben dar”; fue el Salsódromo 2023 lo que nos unió entorno a nuestra “fiesta más popular” con la presencia de 2.500 artistas que dejaron en esta tradicional pista una estela de brillo, sabor y talento.
Desde las 2:00 p.m. del pasado 25 de diciembre, nuestros representantes salseros estaban alistando el traje, el rulo, el peinado y afinando el paso para demostrar que “la salsa caleña se respeta” y dejar claro por qué este evento es uno de los que nos enaltece como ‘Capital Mundial de la Salsa”.
Nuestro Salsódromo reunió artista de mucha trayectoria, tanto a nivel profesional como experiencial desde el baile social. Todas las generaciones se congregaron en este espacio para ‘azotar asfalto’ y enseñarle al mundo lo que representa nuestra cultura y la identidad que nos caracteriza, en un recorrido de 1.1 kilómetros, en donde ni el cansancio ni la tristeza fueron parte de la fiesta.
50 escuelas de salsa fueron las encargadas de engalanar nuestro primer día de Feria, marcando el paso y dando apertura a lo que será esta semana de rumba, cultura y tradición.
Los ‘reyes’ y ‘reinas’ de la noche
El Salsódromo no solo es baile y color, en este evento se guardan historias de vida que conmueven por que sus protagonistas están llenos de entereza, pasión y resiliencia. Tal es el caso de Nicolás González, instructor y coreógrafo de la Academia de Bailadores Vibrando con Stilo, quien lleva toda una vida bailando en este desfile.
Nicolás -quien hizo parte de un nutrido y talentoso grupo de bailadores que lo dejó todo en la pista- empezó desde los cuatro años su carrera de bailarín y el Salsódromo siempre fue su meta, desde entonces estar en el desfile es casi que un ritual anual para él. En su vida han sido muchas las versiones del evento que ha podido coleccionar como parte de su legado salsero.
“Cuando llegué a la mayoría de edad ya tenía claro que el baile era lo mío y empecé mi proceso de enseñar y tener una carrera sólida. Con el tiempo conocí la experiencia de los bailadores y vi esa pasión de estas personas que lo entregan todo como por ‘hobbie’ y me enamoré de eso, por eso participé con este grupo”, contó González.
“Esta es una experiencia única, llevo muchos años bailando en el Salsódromo y no me canso, es algo maravilloso. Ojalá todo el mundo tuviera la oportunidad -en algún momento- de bailar en este desfile con su traje, su pareja, las luces y el público porque la sensación que se experimenta no tiene explicación”, agregó el artista.
Así mismo, para Tomas Soler -un francés que lleva 6 años bailando nuestra salsa caleña en su país natal- este, su primer Salsódromo, fue una vivencia que le dejó recuerdos para toda la vida. ´Él es parte de la Escuela Cali Sabor y cuenta que se sintió “muy bien y que, pese a la ansiedad que representó estar por primera vez en este evento, fue todo un orgullo demostrar que este estilo de baile llega a todo el mundo y enamora a todos”.
“El Salsódromo es un objetivo cuando un bailarín viene a Colombia, sobre a todo a Cali porque sabemos que es la ‘Capital Mundial de la Salsa’. Nunca será lo mismo bailar en Europa, porque el ambiente que se vive aquí es especial, lo disfruté al máximo”, añadió Tomas.
Para Patricia Gómez, parte del Colectivo de Bailadores Sociales, la vieja guardia es un tesoro que hay que cuidar por que es la experiencia de la rumba y la cultura del barrio, de la tienda de la esquina, de todo ese ambiente popular en el que el caleño ha sabido crear toda una identidad.
“He bailado ya ocho versiones del Salsódromo, la primera vez fue lo hice por ayudar a un amigo que se quedó su pareja a última hora y fue esa la casualidad más linda que me ha pasado. Desde entonces, esto para mí es vital”, expresó Gómez.
Según esta mujer, quien con 68 años ‘tira paso’ sin escatimar esfuerzos, recibir el cariño del público y socializar con sus compañeros es una alegría. Los ensayos para ella son un goce y el Salsódromo le representa “vida, porque el baile hace que a mí no me duela nada”, puntualizó la bailadora.
Los niños, el futuro de nuestro legado
Andrés Felipe Rivera, integrante de la Escuela de baile Sucursal del Swing, es uno de los niños que representa ese ADN caleño y con esta ya son tres versiones del Salsódromo en las que tiene la oportunidad de brillar en la carrera que está construyendo. “Esta es una alegría muy bonita, porque estamos bailando en uno de los eventos más importantes de Cali y representar a mi ciudad y mi escuela es maravilloso”, dijo Andrés.
Para este pequeño, cada versión del desfile significa un reto más grande porque “cada año varían las coreografías, los pasos son más complejos y es un proceso de preparación más exhaustivo”, comentó Rivera.
Del mismo modo, para Ana Liseth Riascos, bailarina de la Escuela Pioneros del Ritmo Colombia y participante del Salsódromo desde hace 5 años, esta experiencia es emocionante y retadora. “Se siente muy chévere que la gente vea el esfuerzo que uno le ha puesto al show, la pasión con lo que lo hacemos y el amor con el que llevamos nuestra profesión”, subrayó Riascos.
Para ella, así como para todos los bailarines y bailadores del Salsódromo, este desfile representa la raíz del sabor caleño, de nuestra cultura popular y de lo significa el legado salsero de corazón.
Ana María Ramos
Secretaría de Cultura